sábado, 11 de julio de 2009

Cuestiones sobre Irimi Tenkan





Reflexiones sobre Irimi y Tenkan

No es fácil comprender bien el por qué, de una de las técnicas básicas del Aïkido, del concepto de Irimi-Tenkan. Al igual que los principios fundamentales que rigen este arte, la comprensión puede hacerse a distintos niveles, según nuestro propio camino en la Vía. Vamos no obstante a intentar aquí ver un poco más claramente y aportar elementos de respuesta sobre Irimi y Tenkan

El concepto de Irimi
Irimi se escribe ( ). Es una palabra que consta del verbo “hairu” que significa entrar y del nombre “mi” que significa cuerpo o carne. El término es entonces, y no puede ser más claro, literalmente eso: quiere decir “entrar en el cuerpo”. La imagen más evidente debe buscarse por el lado del Sumo. Se manifiesta por el sumotori de entrar con todo su peso, de frente, sobre el adversario, sin plantearse la cuestión sobre si la cantidad de agresividad debe ser total en ese momento. Es pues un ataque en sentido más puro.

Se experimenta correctamente Irimi avanzando hacia el otro, en línea recta, sin pretender esquivar cualquier cosa. Juzgada a menudo como agresiva, este concepto no lo es en la medida en que se envía un atemi en el movimiento. Practicándolo, y avanzando más en su investigación, se da cuenta que realizar Irimi requiere integrar otros conceptos, como de la distancia y de tiempo que conduce al encuentro “ma-ai” y “de-ai” a fin de entrar en el momento justo, es decir, en el momento que el compañero piensa su ataque. De golpe, Irimi se transforma en un movimiento que entra para anular el ataque y hacer abortar desde el comienzo la intención del compañero. Este no es entonces una técnica de ataque agresivo, sino una técnica positiva (en todos los sentidos del término) que trae la paz sin violencia.

En Irimi el concepto de línea recta es fundamental. Los principiantes son reacios a respetar esta línea recta, ya que es paradójica con su propia seguridad. En efecto, el hecho de avanzar recto es el mejor recurso de tomar el ataque de Uke. Pero es necesario pasar por allí por varias razones. En primer lugar para respetar la consigna. A continuación para descubrir potencialmente el peligro que nos acecha a ser golpeados. Se desarrolla entonces una clase de sentimiento fatalista (me pueden golpear, pero debo ir derecho, abandonarme) que lleva a un sentido de sacrificio. Ese sentido es importante para aprender a olvidarse, dejar de lado los miedos, no pensar en uno mismo y despejar mentalmente sus temores. Entonces, es posible progresar hacia una fase donde Irimi es más libre, más espontáneo y sin pensamientos parásitos. De golpe, Irimi se abre a todos los conceptos que permiten transformar esta técnica de una fase combativa a una que aporta la paz. Irimi y la línea recta son entonces fundamentales para evolucionar en su práctica marcial.

El concepto de Irimi implica aún otro concepto, el de la perturbación por la acción. Si se entra Irimi-atemi, queda claro que se lo perturba al otro poniéndolo brutalmente fuera de combate. Si se entra Irimi con la buena sincronización, se aporta la paz, perturbando a Uke pero sin hacerle daño, lo que es mejor para él y más complejo de realizar por Nague. En los dos casos, se puede claramente decir que el movimiento de Irimi es yang, en el sentido que se proyecta la energía hacia el otro.

Traspasemos ahora Irimi en la vida diaria. Ud. ve a dos niños golpear a un animal con un palo. Esta situación es cruel e interviene físicamente para sacarle el palo de las manos de los niños, interponerse para proteger al animal y regañar a los niños o darles una paliza según el caso. Es una manera de hacer a Irimi-atemi. Ud. puede anticiparse a los niños con los palos, interceptarlos calmada pero firmemente sobre el mal que harán, confiscarles los palos y razonar con ellos. Es Irimi que trae la paz cancelando el movimiento antes de la llegada de la violencia.

La noción de Tenkan
¿Cómo entender entonces Tenkan ( )? El primer caracter de la palabra lleva al concepto de volver, mientras que el segundo indica el hecho de invertir, de sustituir. Tenkan, según los contextos y fuera del Aïkido, se traduce en conversión, cambio, invertir para pasar de una situación a otra, o también diversión (en el sentido de eludir/esquivar). Se examina anular lo que molesta y de sustituirlo por cualquier otra cosa. Se utiliza también la expresión “cambiarse las ideas” (kibun-tenkan) o “cambiar de conversación”, etc. Tenkan también se utiliza en expresiones como “momento bisagra”, “el punto donde las cosas oscilan”, “una situación que se invierte”. Todo eso nos ilustra sobre la idea que lleva la palabra sobre esta técnica.

Tenkan se muestra generalmente como un esquive. Los principiantes interpretan físicamente esta técnica como una fuga y se los ve salir demasiado sobre el lado, poniéndose al mismo tiempo en peligro a causa de un mal manejo de la distancia. Una distancia demasiado grande permite a Uke contraatacar a Nague, entonces una distancia más corta hace más difícil (pero no imposible) un ataque eficaz. Tenkan es un esquive. Eso significa que es una elección consciente y trabajada y no una entrega inconsciente al otro para la fuga. Eso ya hace toda la diferencia. Asimismo, un Tenkan realizado demasiado rápido no permite esquivar el ataque, pues basta para el atacante reorientar su acción hacia la nueva posición del compañero. Tenkan es entonces un trabajo que lleva nuevamente sobre “ma-ai y de-ai”. La explicación clásica, que consiste en decir que Tenkan se realiza cuando se llega tarde con relación al ataque de Uke es verdad en la medida se es desbordado efectivamente por el otro, o donde no se dirige la situación. Es la peor condición para hacer a Tenkan, ya que sólo retrasa los problemas un segundo. En cambio, un Tenkan donde se controlan todos los conceptos citados anteriormente, equivale a desplazarse tranquilamente, con exactitud y lucidez. Eso se traduce para el atacante por la sensación de pasar a través de la imagen del otro, sin tocarlo.

En Tenkan, el concepto de control del cuerpo es aún más importante que en Irimi. En Irimi se entra recto, eso no requiere de muchas neuronas y de impulsos nerviosos para llegar. Tenkan, se esquiva no sólo con un desplazamiento de pies, sino también y sobre todo de caderas, de tronco, de hombros, teniendo al mismo tiempo cuidado con su cabeza. Además, es necesario poder realizar este movimiento sin alejarse de Uke si no, no se realiza la unión (Ai) con él para realizar una técnica armoniosa.

Combativamente hablado, el movimiento de Tenkan juega sobre un efecto de espiral hacia el interior, un desplazamiento sobre sí mismo. Se puede entonces claramente hablar de movimiento yin, ya que el sentido hacia donde trae la energía es hacia uno.
Si Irimi perturba a Uke, Tenkan no lo hace por dejar pasar el movimiento. Eso no significa que Tenkan sea el único capaz de aportar armonía. Es una armonía yin, mientras que Irimi propone una armonía yang.

En la vida diaria, se puede trasladar a Tenkan según estos dos ejemplos. En una fila para sacar un boleto de tren, una persona le empuja para avanzar más rápidamente, entonces y se produce a último momento un movimiento para evitar un atropello demasiado fuerte. Hizo a un Tenkan pasivo, que es repentino. En cambio, ve a una persona apurada para tomar su tren y Ud. se anticipa a su necesidad de ir rápidamente, corriéndose para dejarlo pasar. Él se anticipó con reconocimiento y usted no sufrió la situación. Esto es el Tenkan controlado.

Irimi y Tenkan

Se puede decir entonces que en cierto nivel de maestría que controla los movimientos Irimi y Tenkan, la explicación lineal que estipula que si se anticipa al otro se puede colocar un Irimi o si se demora es necesario hacer a Tenkan, esa explicación no tiene ni menos (ni más) sentido.

El principio fundador del Aïkido se expresa en su nombre (Ai Ki Do). Falta encontrar el medio de unir y en consecuencia de armonizar. Si se piensa que la armonía viene del equilibrio entre el Yin y el Yang, entonces muy naturalmente el concepto de Irimi-Tenkan toma todo su sentido. Desde este punto de vista se comprende mejor por qué Irimi-Tenkan se asume como uno de los pilares del Aïkido. Irimi representa la base histórica del combate, que se puede resumir por “meterse en la boca del lobo ”. Es la base incluso de las artes marciales. Estas artes evolucionaron en vías del desarrollo interior, uno de cuyos símbolos es Tenkan, que se puede resumir por “después usted, le ruego”.

Técnicamente, Irimi-Tenkan se traduce en una proyección (Yang) hacia Uke, luego un desplazamiento de esquive (Yin) que implica o absorbe a Uke. A menudo la técnica no se interrumpe ahí (podría, como podría detenerse sin importar cual sería su estado evolución), pero vuelve a salir hacia un movimiento yang que proyecta a Uke o que lo desestabiliza, para volver a salir sobre un movimiento yin que lo controla con una llave o un control contra simismo.

Irimi-Tenkan representa pues el principio y el final de la técnica, pero cada uno de ellos puede también ser el principio o el final. No hay un papel claramente definido, ya que es el movimiento de uno y del otro que le aportan vida a la técnica. Se puede pasar así del Yin al Yang y el Yang al Yin dentro de Irimi y dentro de Tenkan. Es dentro del trabajo de ellas que se puede entonces percibir el equilibrio con el compañero, tanto la armonización con el exterior (hacia el otro) y con el interior (en si mismo).

Aikidoka Magazine
02-08-2007






El Dojo y el Sensei




El Dojo significa literalmente "lugar de despertar" ó de "entrenamiento"; “ donde aprendemos a VIVIR”, cuando se entra en un Dojo, se entra en la casa del Sensei, el cual significa "uno nacido antes que uno"; los Dojos suelen ser de ambiente y decoración muy tradicional y sencilla, al igual que la vida del Samurai. El alumno viene a la casa del Sensei a aprender su forma o camino de vida.

Antiguamente era algo difícil que un Sensei aceptara a un alumno (Deshi ó Montei) por mero hecho de querer aprender el arte de la escuela (ryu), éste antes de entrar tenía que ganarse la aceptación del Sensei poniéndose a prueba, éstas pruebas eran tanto psicológicas físicas (limpieza, favores, trabajos duros...); éstas pruebas eran principalmente realizadas para conocer el carácter del futuro alumno, para forjarlo y ver al igual tanto sus capacidades mentales como físicas, fortaleciendo al mismo tiempo el cuerpo y la moral del alumno para estar preparado para su entrenamiento marcial.

Una vez que el Sensei lo aceptara (que no eran todos los casos) como alumno, tomaba el nombre de Nyumon-sha, que significa "aprendiz aceptado", éste tenía que realizar un juramento (algunos ryus lo firman con sangre) antes de entrar en el Dojo, llamado "Keppan", en el juramento se establecía la lealtad y respeto al Sensei, el no divulgar las enseñanzas a los demás (sin el permiso del Sensei), así como utilizar el arte en beneficio de la paz y la justicia.

Antiguamente, desde el primer momento en que el alumno pisara el Dojo, éste no debe jamás preguntar nada ni opinar nada, todo lo que diga y explique el Sensei se aplicará y realizará sin ninguna excusa y vacilación. Su comportamiento será el mas correcto y su etiqueta deberá ser intachable, siendo la principal virtud que deberá cultivar. El aseo y la puntualidad son dos normas que deberá tener siempre, así como un espíritu de superación y colaboración con los demás, siendo una persona cortes que ayude en lo que pueda a las demás personas, siendo esta una señal de hombre de buen corazón (kokoro).



El Sensei es una persona que se merece toda la atención de sus alumnos, al igual, el Sensei mira a sus alumnos como hijos, aunque su comportamiento no fuese a veces el adecuado siempre lo hace con un sentido y motivo. Las enseñanzas a veces suelen ser duras, pues así saca lo mejor de cada alumno, haciendo de ellos hombres digno de valor y respeto.

El Sensei es una persona que no siempre actúa igual, a veces parece extraño y otras veces parece familiar, su principal función es la de encaminar a sus alumnos en el camino de la verdad, desvelando ante ellos pequeños secretos que no son en sí grandes misterios, sino que normalmente no los vemos debido a nuestra falta de visión de la vida.

Muchas veces, debido a ciertas dificultades, el alumno se ve desanimado , parece que no puede conseguir lo deseado, el Sensei, con una simple frase ó una breve narración, puede hacer levantar el ánimo al alumno, pues su sabiduría hace ver a los alumnos lo que su espíritu no podía ver, y hace despertar nuevas visiones y aspectos de la vida.

El Sensei siempre tiene solución a todo, pero él no puede hacer las cosas por los alumnos, él enseña, guía y aconseja, pero es el alumno el que tendrá que afrontar, sentir y afrontar los obstáculos; enseña que nada se consigue sin esfuerzo y que no hay atajos en las Artes Marciales (Buguei Ni Chika Michi Nashi), pues puede que llegues el primero mediante el camino mas corto, pero el que recorre el camino mas largo consigue mas experiencias y ve mas el mundo, esto dice que lo mas importante no es conseguir el objetivo, sino degustar y disfrutar el camino hacia él, pues cuanto más rico sea el camino, mas rico espiritualmente seremos, y cuando miremos atrás, nos sentiremos satisfechos de todo lo que hemos logrado con tanto esfuerzo, voluntad y constancia.



En conclusión, el Sensei es un guía espiritual y entrenador marcial que nos lleva mediante las artes marciales a una superación tanto moral, física y espiritual; siendo éste sobre todo una persona con grandes virtudes morales y éticas. Y desde luego, el Sensei es nuestra máxima autoridad en el DO, y le debemos respeto en el dojo y en todo lugar…

En el Dôjô, el estudiante trata de olvidar todos sus problemas y conflictos cotidianos para centrarse única y exclusivamente en su Arte y su mundo. Durante el tiempo que permanece en el Dôjô, no existe familia, ni trabajo, ni problemas, sólo su Arte Marcial. No es sorprendente que un artista marcial esté más equilibrado como ser humano, pues él sabe que la totalidad de su persona necesita tanto de su cuerpo como de su mente, de forma que lo hace trabajar al unísono. La atmósfera en un Dôjô es de energía. Los estudiantes aprenden a no exteriorizar el dolor cuando son dañados en un combate y a no mostrar debilidad. Ambas disciplinas trabajan juntas para la formación de la salud física y de la fuerza del carácter del practicante
Un alumno sea Kyu o Dan, no debe olvidar nunca esto:

“UN ALUMNO PUEDE SER EL ORGULLO O LA VERGÜENZA DE SU SENSEI”